La segunda noche del Cosquín Rock dijo “Say No More”
Sin duda alguna, la segunda jornada se perfiló como la mejor fecha del megaevento organizado por José Palazzo. No solo por la lista de los artistas con los que se contaban en el escenario principal, sino también por la fuerte apuesta al stage temático de reggae. Esto en alguna medida, dificultó la selección del grupo a escuchar por parte del público, debido a los 800 metros que separaban una infraestructura de otra, pero es parte del juego no?.
Así como la primera noche tuvo bandas para todos los gustos, la segunda no fue la excepción. Como en todas las fechas, el horario de actuación se cumplió a raja tabla. Utopians fue la encargada de dar comienzo a la fiesta que se extendería hasta pasadas las 3 de la madrugada, a pura potencia de rock de garage. Tras 6 años de historia en el mundo del punk argentino, trepidaron a los mas puntuales tocando parte de su discografía (Inhuman y Freak).
Luego de su paso por el escenario con su característico estilo pop, Maria Eva delegó el mando a la banda liderada por Ciro Pertusi, ex integrante de Ataque 77 (Jauría) en medio de un sol a pleno que invitaba a acompañar la tertulia con una bebida ámbar bien helada. Cerca de las 18:32, el grupo platense de rock/pop (Virus) que marcó fuerte tendencia en los 80 pisó suelo serrano con una Mirada Speed. De esta manera compartieron con los que poco a poco se amontonaban en el primer stage, el festejo de sus 30 años de trayectoria, tocando los grandes hits de su carrera. Algunas de estas canciones acompañadas de otras voces como Carca en Imágenes Paganas, Dani Umpi en Una luna de miel en la mano, y Ana Naón en Amor descartable.
Luis Alberto Spinetta.Con una fusión bossa/rock de la canción Ella Bailó, “el flaco” dio rienda suelta a esa mala costumbre de dejar a los espectadores en una atmósfera de hipersensibilidad ante semejante ser que pareciera no pertenecer a este mundo. En una postura antihéroe, situado en un rincón del escenario, el ex lider del legendario grupo Almendra, brindó un espectáculo sofisticado, limpio, sin fisuras en lo melódico; un show bien Spinetta.
Durante una hora y media paseó por todas esas canciones que marcaron (seguramente) una impronta en la vida de cada uno de los asistentes. Reliquias como Ludmila, Mi elemento, Canción para Olga, Buenos Aires, alma de piedra, Durazno Sangrando cantada junto a su hija menor Vera, Milonga Blues de Hugo Faturoso fueron algunas de las letras escuchadas. Además no dejó pasar oportunidad para dedicarle una versión jazz de Te para Tres a Gustavo Cerati, como así también dio un mensaje de concienciación cuando expresó: “a los que manejen que no se alcoholicen en respeto al prójimo”, escoltado por el tema 8 de Octubre de León Gieco.
Hablando de León, el cantante santafecino se presentó junto con la trouppe que lo acompaña hace ya un tiempo como D-mente y parte de los integrantes de “Mundo Alas” al cual apadrina. Simultáneamente a su despliegue rockeril, se proyectó en las pantallas, un León cantando Hombres de Hierro. De esta manera fue claro el mensaje que indirectamente dio el cantante y es su habilidad para aunar generaciones rockeras con un mismo sentimiento. Minutos después de finalizado su show, Gieco manifestó que “se vive un estado emocional al tocar en este festival porque es el único evento en el mundo que integra diferentes estilos musicales” (incluso en su performance aglutinó el folk y el hard rock). Además tiró palos a quienes se creen monstruos de la música por haber difundido a penas algunas canciones en la radio.
Skay Bellinson dio una vuelta por sus momentos en Los Redondos, finalizando su repertorio con una de las canciones mas coreadas por la gente tanto en los bares como en la cancha (JIJIJI). Como en cada recital que se presenta tanto el guitarristas como el líder de una de las bandas más importantes del rock argentino de los últimos años, la gente no deja de pedir su fusión nuevamente.
Llegada la medianoche, con la luna como farol natural de la tertulia, el legendario e ídolo de multitudes (tanto grandes como chicos) pisó el escenario principal con un “ok, buenas noches” dando paso a su primera canción Cerca de la Revolución. Más tarde le toco el turno a Funky, Pasajero en trance en la que dejo entrever que le pone gay que sepa apreciar una buena melodía. Luego continuó con No toquen, comentando entre estrofa y estrofa: “saben que hace falta acá?, olor a faso y yo les digo no quiero, gracias”. Antes de esbozar la letra de otro de sus grandes hits (Vicio) explicó por qué quiso escribir esa canción: “para comparar el amor de una mujer con una línea de merca, ya saben con cuál me quedé”. Le siguió Rezo por vos, Yendo de la cama al living, Demoliendo hoteles, No voy en tren, Fantasma de Canterville, cantado junto a León Gieco, entre otras.
En total se animó a tocar más de 19 temas sin pausa y ninguna prisa, ya que el deleite de sus raros y conocidos sonidos viejos duró hasta cerca de las 3 de la madrugada. Fue un espectáculo que no dejó margen para dudar la vuelta de Charly García como nos gusta verlo: rozando la rebeldía de aquellos años locos pero con otras prioridades en su vida. Después de semejante puesta en escena de un grande de la música nacional, no quedó nada más por decir. Todos abandonamos el predio con la saciedad de buen rock pero con la insatisfacción de querer un poquito más. Say No More.
Etiquetas: novedades
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